13 ago 2013

Cosas del destino 2

Vida 2

De cómo encontrar una aguja en un pajar

Cuando lo vio formado entre los miles de soldados no dudo en elegirlo, aun cuando su piel lucia demasiado pálida, su cuerpo era delgado en extremo y los ojos eran tan redondos e inocentes que podría jurar que en su vida jamás había matado nada ni por error, cuando Park Yoochun su general en turno se acerco argumentando miles de cosas para no reclutar a ese chico se limito a obsérvalo en silencio y mandarlo a callar

Está en su cuarto dando vueltas entre los montones de libros recién escritos y los planos del valle esparcidos, entre las mesillas de fresno y las telas lujosas que las cubren, millares de libros sobre la guerra y sus estrategias desparramadas por todos lados, camina de una esquina a otra con ansiedad, un toquido bastante claro en la puerta lo pone sobre aviso, cierra los ojos exhala el aire acumulado

-Pasen- indica con voz fuerte, la puerta doble se abre en un segundo aparecen Yoochun y ese chico que le resulta sumamente interesante

-Aquí esta su majestad

-Por favor Yoochun te he pedido miles de veces que no me llames así- el guardia bufa, baja la mirada y suelta al chico pálido con un gesto de vergüenza

-Eres el rey o lo serás al menos

-Soy tu amigo- sonríe, el joven pequeño frente a él le dedica una mirada breve llena de algo que no sabe descifrar- Márchate

-Como usted ordene- deja salir un bufido mientras el general se retira aun con una mirada escéptica al joven delgado que ha llevado al lujoso despacho del aun príncipe

El silencio se apodera del espacio, el joven frente suyo hace una larga reverencia, parece incapaz de moverse a él le causa gracia, sonríe con aplomo de pronto es capaz de escuchar sus latidos tan claramente que se marea por un breve momento

Da una rodeo al joven observando su contextura física, es delgado, blanco como la luna, con el cabello suave cayendo sobre su rostro, de facciones sumamente aniñadas, con mejillas redondas y labios abultados de un color rosa pálido que le provocan un par de cosquillas a los propios, tiene las manos pequeñas, parecen algo ásperas se imagina que se debe a su trabajo en el campo, sonríe aun más amplio

-Soy Shim Changmin, cuál es tu nombre?-el joven se crispa y endereza en el acto, observa el cuerpo tembloroso sonríe con arrogancia, el chico pálido reprime un bufido sonríe aun mas

-Kim Junsu, su majestad- hace de nuevo una vaina casi doblándose hasta tocar el suelo

-Junsu he? Quieres comer algo?- las mejillas del chico frente suyo se pone tan coloradas que no puede reprimir una carcajada –Quieres?

-Esto yo…

-No puedes negarte al futuro rey- se acerca hasta que sus manos largar rodean cada hombro del chico frente a él – Ahí en medio esta la mesa ven a comer conmigo

Junsu camina con lentitud dejándose caer una silla al lado opuesto de Changmin que sonríe mostrando los dientes blancos en un gesto reflejo él le devuelve la sonrisa con lentitud, Min extiende la mano y destapa uno a uno los platillos, el estomago de Junsu ruge es consciente por primera vez de lo agotado que se encuentra, toma entonces con las manos temblorosas una pieza del enorme pavo que yace en una de las tantas charolas

Esa es la primera vez que Junsu come con el futuro rey, sin saber que terminaría convirtiéndose en un extraño habito incomprensible incluso para el joven quien entrena a todas horas para convertirse en uno de los tantos guardias de la corte, duerme como todos bajo el castillo en los calabozos con las mismas mantas grises y frágiles incapaces de cubrirles del frio, sin embargo cada tarde aparece su general con una mirada despectiva y una mueca indicándole que como de costumbre el príncipe le mando a llamar de eso hace un mes

Se trata de una extraña rutina donde Changmin habla con gentileza, donde se burla de sus gestos , de sus sonrojos, donde señala con una risa de niño pequeño su torpeza  y le extiende montones de charolas llena de exquisitos platillos que le deleitan el paladar, es algo simple una vez que pierde los nervios, se dedica a contestar las preguntas de Shim que come demasiado rápido y después camina de un lado al otro cuestionándole sobre su antigua vida como campesino, lo sabe todo, sabe que fue a buscar trabajo de guardia por dinero, que tiene un hermano mayor llamado Jaejoong que cuida de su madre enferma sabe que su padre los abandono y para su sorpresa parece maravillado con la abrumadora vida que ha llevado hasta ahora

Por su parte muere de curiosidad e incluso se atreve a hacer alguna pregunta sobre la vida en el palacio Changmin le ha contado de su reino, de cómo su padre y el padre de su padre lo han conservado, de su mejor amigo Yoochun, de Yunho un chico del campo con el que solía jugar y que se ha convertido en escolta personal del rey y a veces simplemente ha guardado silencio, entonces Junsu tiene que disculparse una y otra vez mientras sale del despacho del príncipe con rapidez consciente que ha cruzado una raya invisible pero evidente

Las semanas se terminan tan pronto empiezan de pronto Junsu se encuentra agobiado entrenando para el primer festival tributo al rey, espera ser nombrado guardia de tercera categoría al menos de esa manera podría llevar un poco de dinero a casa y callar las criticas de su madre que parece resentida con él por el abandono de su marido, es que Junsu no le pidió que se embarazara para nacer, el cansancio hace mella en su cuerpo esa tarde particularmente calurosa cuando sube al despacho de Changmin

Toca tres veces como Yoochun le ha enseñado desde que comprendió que las visitas nunca terminarían, sonríe cuando un claro pase se escucha desde dentro, camina con lentitud haciendo una reverencia respetuosa al príncipe, Changmin chasquea la lengua y escucha la silla correrse de su lugar, camina al otro extremo con lentitud, sin embargo apenas da un paso el príncipe abre la boca

-Podrías venir aquí?

-Claro su majestad- replica mientras se sienta justo a su lado con las manos sudorosas

-No quiero que te sientes del otro lado, es muy lejos y tu voz es muy aguda, como un delfín – Bufa sin poder evitarlo y Min ríe

-L Lo siento Majestad

-Eres un sínico Junsu, seguro quieres que deje de burlarme no es así?- replica mordazmente el chico alto

- Yo…- Kim cierra los ojos, pálido algo asustado, está seguro que nadie de los guardias excepto Yoochun ha hablado así con Changmin, las manos le tiemblan sobre el regazo, se pregunta qué demonios busca el príncipe invitándolo a comer diario y hablando de esta forma con él, suspira- Si quiero que deje de burlarse

Tiene las mejillas rosas, lo sabe por los ojos brillantes del joven alto, humedece sus labios con nerviosismo y Min hace una mueca que no sabe descifrar, lo observa negar con suavidad y siente las manos frías sobre su cabello, cierra los ojos por instinto

-Es tu culpa eres un chiste Junsu- de nuevo lo escucha reír y hace un puchero

-Si va burlarse como sea, para que pide mi opinión- voltea el rostro rojo

-Te enfadaste? Por favor Junsu, no puedes enfadarte con…

-Puedo enfadarme con el príncipe si quiero- el silencio tras sus palabras le dejan helado, se aparta del contacto, de la mano de Changmin le dirige una mirada de disculpa y casi corre fuera del despacho

La semana se va tan rápido que Junsu se alarma ha pasado los últimos cuatro días sin ir a visitar al príncipe, no ha sido llamado y el no cree tener ningún valor para tocar esas puertas negras de madera fina, se imagina que Changmin se ha enfadado lo comprende nadie le habla así al príncipe, pasa el resto de su tiempo asustado, pensando en que será echado del castillo por insubordinación sin embargo parece que el príncipe simplemente se aburrió de su presencia y no está seguro del porque pero su pecho duele de mil maneras cada que se imagina a otro chico de la escolta en el despacho comiendo con el futuro rey

Es tarde cuando decide ir al rio, es su tarde libre y la hora de la comida ha pasado de nuevo el príncipe ha comido sin su presencia, Kim comienza a sentirse estúpido por acostumbrarse tanto a la presencia de un chico del que evidentemente no podría ser amigo, se burla de su ingenuidad mientras deja que sus pulmones expulsen todo el oxigeno que parece pesar en su pecho cada que la imagen sonriente de Shim se le viene a la cabeza, tararea tratando de olvidarse de todo

Siente el pecho oprimido, se siente agotado para colmo está seguro que no será ascendido a pesar de lo que Yoochun diga a su favor, se atreve a cantar como antes cada que se sentía abatido cuando su madre le reclamaba su existencia, deja que su voz fluya con paciencia, cierra los ojos se tira a la orilla del rio con los ojos cerrados, se duerme sin darse cuenta

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El sol se cuela por el resquicio de la cortina azul la cama es mullida, está envuelto en sabanas que le reconfortan, un aroma como a lima le llega de algún lugar muy cercano, abre los ojos con lentitud, siente el cuerpo liviano como una pluma tiene años sin dormir tanto, se estira y brinca de la cama cuando su mano roza un cuerpo tibio al lado

Salta de la cama con el corazón acelerado, se pone aun más nervioso cuando descubre a Shim Changmin sobre el colchón que acaba de abandonar, se pone tan ansioso que retrocede sin observar alrededor en consecuencia choca contra la silla detrás suyo causando que la pesada armadura y la pulida espada caigan con un ruido sordo sobre el suelo alfombrado con pieles, los ojos obscuros se abren con rapidez y él se queda clavado en el suelo con un calor del demonio

-Y Yo lo s siento, Majestad…- tiene la respiración acelerada, el corazón le late con violencia Changmin le dirige una mirada escueta mientras se descubre, se pone de pie con elegancia y lentitud, lo observa con un pantalón de telas finas y el pecho lleno de cicatrices- Majestad que...

-Eres muy torpe Junsu- le interrumpe el chico alto mientras regresa todo a su lugar en silencio, él se limita a bajar la mirada

-Me retirare ahora mismo

-No- le deja helado mientras siente su espalda sudorosa con la camisa blanca adhiriéndose a la piel suave, juguetea con los pulgares

-Lamento, lamento lo de la otra vez majestad- se atreve a levantar la mirada para su sorpresa Changmin ya lleva puesta una elegante bata de baño – Si usted quiero puedo irme hoy del castillo yo…

-Quieres callarte?- guarda silencio de inmediato y se pone a temblar cuando Changmin lo obliga a sentarse en una de las tantas sillas de su habitación, es la primera vez que está ahí y sus mejillas se ponen rojas, ha dormido en la cama del príncipe, carraspea incomodo

Intercambia una mirada con Changmin tiene miles de preguntas por hacer sin embargo se muerde la lengua mientras el chico alto da vueltas alrededor de su silla se siente como una presa, cierra los ojos cuando una mano se posa en su mejilla completa el contacto y coloca la propia sobre los largos dedos titubeante, Min sonríe

-Junsu no estuve en el castillo, lamento no haberte avisado

-Entonces no está enfadado? – se atreve a abrir los ojos y Changmin retira la mano dejando una suave caricia sobre su piel

-Un poco, pero soy un príncipe clemente- lo ve sonreír e incluso él sonríe mientras rueda los ojos

-También un príncipe vanidoso- sus sonrisas se ensanchan, suspira cuando observa el sol ha faltado al entrenamiento de la mañana tendrá que ser castigado – Me voy

-No tienes mi permiso

-Pero…- abre los ojos asombrado y algo en la mirada de Changmin le causa una descarga eléctrica, se sonroja inexplicablemente- Seré castigado…- susurra como último recurso

-Serás mi ayudante personal Junsu, de igual forma eres demasiado delicado para ser un guardia- un gesto de incredulidad se dibuja en su rostro –Dormirás aquí, no quiero volverte a ver dormido en los prados del palacio

-Pero, pero, su majestad

- Es una orden Junsu, tu opinión no tiene cabida aquí

-Pero Yoochun Hyung, el no…

-Tampoco importa la opinión de Yoochun, de todas formas él ya lo sabe, te trajo aquí anoche- replica el príncipe con la voz firme, Junsu se sonroja por momentos

-Y si yo, si duermo con el príncipe no se qué dirán, no dirán cosas?

- Que estas imaginando que haremos Junsu? Solo dormirás y ya - susurra de pronto Changmin con voz ronca causando que todo dentro de Junsu lata y se agite

-N Nada…- esta más rojo que nunca mientras Min sonríe viéndose insanamente atractivo –Que sucedió, está cortado de todos lados- cambia de tema abruptamente desviando la atención con éxito pues Changmin se encoge de hombros mientras trata de cubrir su pecho en vano

-Soy el príncipe tengo que ir si hay problemas

-Peleo? Usted peleo?- siente la sangre hervir mientras imagina al joven frente suyo cabalgando por los valles, con espada en mano, lleno de sangre peleando agotado, imagina lo doloroso que resultaría una cortada con las afiladas cuchillas, lo imagina golpeado y sangrando, se le eriza la piel – Y si muere? Que sucede con el rey?!- esta poniéndose histérico

-Gracias Junsu, pero soy mejor de lo que crees- replica con una sonrisa que hace que sus ojos se pongan desiguales y de pronto el príncipe se ve profundamente agotado, mucho mayor de lo que en realidad es ,Junsu no puede evitar temblar furioso-Sucede algo?

-Su majestad lo hace por su padre?-tiene la voz temblorosa y de pronto Min parece caer en cuenta de algo

-Ho! Yo sí, es mi deber defender al rey…

-No! su deber es seguir con vida!

-Ssssh Junsu- lo siente colocar las manos sus hombros entonces se da cuenta esta sollozando y temblando se ha proyectado y Changmin parece entender lo que sucede dentro de su cabeza baja la mirada mientras el príncipe continua masajeando por sus hombros- Cuida de mi desde ahora vale?

Esa es la primera vez que Junsu cura sus heridas, sin embargo hay cosas en la vida que permanecen, hay marcas que van a más allá sin darse cuenta de la muerte, hay cicatrices que perduran en el alma esas que solo algunos pueden curar

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Esa mañana lucia despejada y refrescante con un clima templado, el aire se encargaba de despeinar a Kim Junsu que caminaba por las estrechas calles del pueblo, era un día especial, era el primer día que vería a su madre después de estar en el castillo por casi dos meses, una sensación de regocijo oculto burbujeaba en su pecho, tenía la bolsa llena de monedas de oro que esa misma mañana Yoochun depositara en sus manos

Suspiro pensando en el príncipe quien al parecer había salido a uno de los tantos castillos vecinos para conservar la paz y sabrá que cosas más, maldijo para sus adentros al rey, se imagino por un momento mientras aporreaba la vieja puerta de madera a Changmin a su lado, andando por el pueblo juntos, sin preocupaciones, imposible

La puerta se abrió con un fuerte chirrido y el aroma a pan rancio inundo el lugar de pronto sintió que extrañaba la siempre perfumada habitación de Changmin, se sonrojo inconscientemente mientras entraba con lentitud pasando a un lado de su desgarbada madre, que vestía con la ropa sucia y harapienta

-Tú, al fin te echaron, eres un inútil- un brillo de triunfo se dibujaba en los ojos color miel de su madre, Junsu bajo la mirada- No sirves para nada, tal vez tengas que venderte con ese viejo de la colina que…

-Tómalo todo- coloco con un golpe sordo la bolsa llena de oro, los ojos de su madre se abrieron en un gesto hasta cierto punto gracioso

-Lo has robado
-Me lo dio el príncipe-respondió en un susurro huyendo de la mirada inquisidora de la mujer que de pronto sonríe con burla

-Eres su puta?

-No! Él no…- toma aire, enfadado de pronto su sangre hierve

-Lo eres solo así puedes hacer dinero he? Puta!- los gritos de su madre resonando en sus oídos, se tapa las orejas con fuerza, las manos como garras de la mujer alrededor de sus antebrazos – Lo eres?

-Cállate!! Tienes el oro- las lágrimas corriendo por sus mejillas

-Niñita, lo eres verdad?- un fuerte escupitajo en sus mejillas, el olor a saliva mezclado con el de la casucha, su cuerpo tiembla

-N No…- gime adolorido cuando su madre le abofetea con el cucharon sucio de la sopa, se da la vuelta de nuevo temeroso como un estúpido niño atrapado

Un codazo en el estomago le saca el aire las lagrimas siguen corriendo por sus mejillas, la voz aguda de la mujer en sus oídos reventándole los tímpanos, insultos como siempre, corre a donde supone es la habitación de su hermano las burlas

-Jaejoong no está aquí… él es más útil que tu, nadie va a defenderte!- las carcajadas, el aroma a jerez proveniente de las ropas amontonadas en una esquina del pasillo, su madre caminando con una sonrisa

Siente como si su cabeza se abriera a la mitad cuando la bolsa aun llena de gruesas monedas se estrella contra su frente siente la sangre escurriendo rumbo a su oreja las carcajadas de la mujer que hace una especie de baile frenético frente suyo hace eco en su cabeza, llora cuando los recuerdos de su infancia se agolpan en su cabeza

-Igual me las quedare- mas lagrimas otro escupitajo que cae a sus pies, su cuerpo tembloroso con la sangre chorreando por su frente manchando la piel como porcelana

Se pone de pie y corre, empuja a su madre con el brazo sin embargo una vez mas es alcanzado, los arañazos en su rostro le arden y se siente mareado está perdiendo sangre, intenta salir una vez mas pero una bofetada lo hace regresar sobre sus pasos

-Te tratare como lo que eres, una puta!- carcajadas, risas maniáticas y ebrias, una botella cierra los ojos preparándose para el golpe

Cascos, ruido de cascos de caballos su corazón se detiene cuando alguien aparta a su madre cogiéndola por la cintura, es Yoochun tiene los ojos muy abiertos y viste el uniforme de la guardia, detrás en el umbral de la puerta esta él, Changmin observa la escena con una mirada de furia contenida que le obliga a bajar la propia, su madre se remueve la botella vacía cae al suelo hecha añicos

-Entonces es él?- jadea la mujer tratando de librarse del agarre- El te da dinero por follarte!- de nuevo es escupido no hace nada

El príncipe entra, camina con esa elegancia propia de la realiza, con movimientos tan limpios que Junsu casi cree que esta en el castillo, el aroma a lima le llega de golpe se deja caer en una silla tiene la ropa manchada de rojo, esta temblando Changmin lo observa con una mirada que de nuevo le resulta indescifrable antes de colocarse frente a la mujer que enmudece, su color grisáceo se vuelve tan pálido que da una apariencia fantasmal

-Su majestad…- jadea con un deje de burla

-Suéltala- ordena a Yoochun con voz firme, intercambian una mirada antes de que su madre sea liberada del agarre, Changmin la detiene por la solapa del viejo chándal antes de que ella logre hacer una reverencia- No vuelvas a tocar a Junsu- su voz habitualmente calmada esta temblorosa esta vez, incluso sus manos tiemblan, tiene la respiración acelerada y los ojos más negros que nunca, su madre de pronto parece demasiado pequeña –De ahora en adelante mujer tendrás tu dinero, si lo quieres serás tú quien irá al castillo el general te lo dará, no quiero verte cerca de Junsu otra vez o juro que…- su amenaza se ve interrumpida por la exclamación de sorpresa de Jaejoong quien observa la escena desde la puerta

Changmin lo observa sus ojos se quedan fijos en ese rostro como de ángel con una belleza digna de un monumento, parpadea desorientado y la mujer sonríe de nuevo burlonamente, una mirada del príncipe basta para hacerla callar , Junsu se esta desmayando con la mitán del rostro bañado en sangre siente el cuerpo pesado e intenta sonreír a su hermano mayor que parece debatirse entre correr con él o saludar al príncipe

-S Su majestad- hace una rápida reverencia mientras corre a su hermano menor, entonces los ojos de Changmin se posan en Junsu, se dibuja en su rostro un gesto de culpa repentina acompañada de una sorpresa inusual, suelta a la mujer con un movimiento brusco desenvaina la espada depositándola a un costado le indica a Yoochun que la coja –Junsu…hay Junsu…- gimotea su hermano con las manos en el rostro ya pálido del menor

-Tú eres Jaejoong? – El joven asiente sorprendido porque el príncipe conozca su nombre- Tu madre le hizo esto, no quiero verla cerca suyo de nuevo

-Yo…

-Ve por el oro el último viernes de cada mes, Yoochun te lo dará – ordena mientras limpia el rostro del joven con un pedazo de su manga, Junsu entrecierra los ojos adolorido, cansado casi dormido- Coloca el caballo

Yoochun sale con prisa por la puerta, Jaejoong observa todo con silencio, su madre observa todo desde su lugar muy quieta, con los ojos llenos de rabia, Junsu siente como los brazos de Changmin lo rodean con una fuerza asombrosa, si pudiera sonrojarse lo haría, se siente tibio mientras el joven alto lo acomoda contra su pecho, cierra los ojos está a salvo

-No importa que sea el príncipe, sigues siendo una puta…- Changmin observa a la mujer con desprecio encaminándose a la puerta- Lo sabe su majestad?
Jaejoong gime como contrariado y baja la mirada cuando el más alto le observa, la mujer ríe de nuevo y abre una botella de licor que reposa sobre uno de los tantos muebles viejos, esta por darse la vuelta cuando la madre de Junsu vuelve a hablar

-Sabe de ti Xiah- de los labios rojos y resecos brota una especie de sollozo, el cuerpo delgado se remueve entre los brazos del joven moreno

-Xiah?...

-No ha sido honesto he? Es una puta, así lo llamaban, así le puse yo, los hombres siempre volvían por mas- la sonrisa triunfante se dibuja en ese rostro sucio y avejentado, de dientes amarillentos y cabello entrecano, la mirada de Jaejoong era reluciente por las lagrimas

-No vuelva a acercarse a él- responde el joven son simpleza para después atravesar el umbral con el cuerpo aun agitado de Junsu del otro lado Yoochun les espera junto otro par de guardias entre ellos Yunho que le ayuda a subir con un adormilado Xiah al caballo- Volverán por ti- le dirige esas últimas palabras a Jaejoong mientras coloca un cinto sobre la herida del joven pálido

Una vez llegan al palacio pasa de largo a todos, incluso manda a decir que nadie le moleste, toma a ese hermoso y pálido joven entre sus brazos, por primera vez quiere llorar, quiere matar podría destruir el mundo si eso le hiciera bien a Kim Junsu que se está desmayando en su colchón, ha dejado de sangrar pero se encuentra débil y lleno de sangre seca que se pega a su labios dándole un aspecto inocente y tentador que vuelve un poco loco al príncipe

-C Changmin…l lo siento- levanta la mirada mientras espera que Yunho termine de limpiar las heridas, suspira cuando gruesas lagrimas surcan el rostro del joven, le dedica una mirada a su guardia que sale de la habitación en silencio, toma el paño húmedo y limpia la frente blanca –L Lo de X Xiah, yo …

-Sssh Junsu- coloca un dedo sobre los mullidos labios, sonríe cuando un suspiro choca con su piel dejándole una sensación cálida- No me importa de todas maneras

-Yo…

-No te rindas Junsu- intercambian una mirada en silencio escondiendo un montón de palabras- Yo no me voy a dar por vencido

Los ojos de Xiah se abren, las lagrimas se secan en sus orbes cuando los labios de Changmin rozan los suyos por un breve instante y después deposita un suave beso sobre los suyos ejerciendo una pequeña presión que le acelera el corazón, cierra los ojos permitiendo que el cálido contacto entre y traspase su piel

 -No soy digno de…

-Vale la pena Junsu- replica el joven que con esa hermosa fluidez que posee se lleva las manos al cuello y retira una fina cadena de oro brillante, al final como si se tratara de una pequeña nuez cuelga una piedra roja brillante, Changmin sonríe como un niño provocando que sus ojos se vuelvan asimétricos –Tenlo contigo

-Es bonito…- tose cansado

-Lo encontré en el bosque cuando era pequeño es especial para mí- sonríe de nuevo mientras entrelaza sus dedos con los del joven en la cama- Siempre lo llevo puesto, esperaba alguien a quien poder dárselo- asiente en silencio, mientras sujeta el objeto con fuerza sobre la palma de su mano clavándose las uñas por la fuerza

-Al rey, no le gustara que yo lo tenga

-No me voy a rendir- responde besando su frente dejándole un calor insoportable se observan de nuevo con atención

De pronto se sienten terriblemente familiares, una extraña sensación de haber experimentado algo similar, sus memorias tratando de encontrar el momento, Junsu sonríe cuando el príncipe limpia su frente con delicadeza suspira agitado y el joven se ríe con cinismo de su sonrojo, lo siente presionar la tela y hace un gesto de dolor

-Eres muy delicado no crees?

-Y tu una bestia…- replica sin poder evitarlo

-Desde cuando dejamos las formalidades?

-L Lo siento majestad- susurra con la piel aun mas colorada, siente las mejillas arder

-Suena bien, en tus labios esa ridícula palabra suena bien- responde con una sonrisa- Nunca he creído que sea “Su Majestad” no soy un rey

- No seas tonto, si quisieras Changmin tu serias el mejor rey - sonríe para el príncipe que está desviando la mirada apenado mientras algo parecido a “idiota” sale de sus labios resecos, es su turno de reír y deja que una de sus manos temblorosas sostengan el rostro del príncipe-Te ves bien cuando no tienes esa mirada arrogante majestad

Min lo observa en silencio por un momento antes de continuar limpiando la sangre de su rostro, lo observa fruncir el seño y el aprieta aun más fuerte la cadena contra su mano, se siente cálida, se siente como si fuera suya desde siempre, sonríe

-Y dime Xiah que sabes hacer?

-He?

-Tenias fama no?- se está poniendo colorado de nueva cuenta- Ya lo probare Xiah – le giñe el ojo con coquetería y él le saca la lengua

Desvía el rostro apenado y Changmin continua con la mano en la mejilla izquierda de Junsu cuando de pronto la puerta se abre, Yoochun observa en silencio la escena el joven que yace en la cama se remueve contra el colchón incomodo e intimidado

-El rey quiere verte- Changmin se pone de pie con tranquilidad


-Vámonos deja a Junsu descansar- camina hasta que toma a su amigo por el antebrazo llevándolo fuera de su habitación , Junsu aun sujeta la joya entre sus manos, al final se duerme con ella sobre el pecho

Sig

1 comentario:

  1. Me dio penaaaaaaaa, maldita mujer, porque es tan mala con Junsito U,U
    me quedo una duda, Yoochun volvio por Jae??
    en cuanto al minsu, xDDD Changmin que probara la fama de junsu jajaajajjajaja, ojala que el rey no interfiera u.u
    nos leemos en el siguiente capo xDD

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