10 mar 2013

Swet Dream 3


Junsu caminaba por los pasillos del instituto con la mayor lentitud posible, era una de esas semanas frías, con días cortos, podía sentir la tarde cayendo sobre sus hombros, le parecía un clima perfecto a comparación de la mayoría de las personas, la bufada se enredo en su cuello cuando el viento soplo en dirección contraria, sonrió divertido, el celular en bolsillo izquierdo comenzó a vibrar de forma continua, enfadado decidió echar un vistazo la palabra “Mamá” tintineaba en la pantalla

Soltó una especie de gruñido furioso antes de pulsar el botón de colgado, no se consideraba un mal hijo a pesar de todo, durante todos estos años había intentado de manera lógica no trastornar mas a su madre con eso de los fantasmas, espíritus y apariciones, incluso había aprendido a fingir indiferencia cada que uno aparecía en sus narices, cada que alguno susurraba su nombre afligido en su oído, suavemente, años de esfuerzo y solo por esa razón se negaba a ir a ese instituto de estudios Parasicológicos

Estaba harto de ser el estúpido conejillo de indias de gente a la que le parecía divertido o morboso hablar con almas en pena, subió un par de peldaños antes de llegar a la azotea del edificio, tomo asiento ahí junto a una de las oxidadas rejas y dejo que el aire desordenara su ropa, miro hacia abajo observando con una sonrisa nostálgica el vuelo de las aves, a veces cuando se sentía solo como este día solía ir a los edificios más altos y soñar que se deja caer desde ahí, no hay que confundirse Kim Junsu no pensaba constantemente en el suicidio, si bien lo había intentado y tenía una pulsión grande y atrayente a morir no quería decir que constantemente pensara en simplemente saltar y morir, por el contrario imaginaba su cuerpo volando por el cielo

Le gustaba imaginar la sensación del viento en sus mejillas, colándose por la ropa, entrando a montones en sus pulmones, se imaginaba el material de las nubes, sus manos rozando los tejados, las hojas más altas en los arboles, el soñaba con la libertad, estaba en uno de esos pocos momentos de paz mental cuando un sonido chirriante resonó por todo el lugar

Se trataba de un sonido agudo, como de cristales rayados con un objeto filoso,  se dio la vuelta alarmado pensando en algún grupo de chicos burlones o bromistas, para descubrirse solo en el lugar, su cuerpo se estremeció, la ropa se pego a su cuerpo y comenzó a tiritar de forma incontrolable, conocía esa sensación, se permitió un suspiro resignado

-Changmin?- el silencio fue la única respuesta, dio un par de pasos a la única puerta del lugar de pronto se le ocurrió que el fantasma no podría salir al aire

Camino lo más rápido que pudo y abrió la puerta con la mano temblorosa, no era que tuviera tanto miedo, se trataba del frio congelando su cuerpo, de la ventisca helada en sus pulmones, de sus labios fríos como dos pedazos de hielo. Al final entro una vez estuvo dentro paseo la mirada por el largo y oscuro pasillo que de la nada parecía más atemorizante de lo que recordara

Su respiración se hizo más fuerte y rápida, paso un mechón de cabello detrás de la oreja nervioso, saco el celular y alumbro por todos los rincones, su mano temblaba y el miedo comenzaba a crecer en su pecho, como un pequeño grito muy profundo en la boca del estomago, pidiéndole que escapara de ese lugar lo más rápido que sus piernas le permitieran, un nuevo ruido como de golpes a lo largo del pasillo, su corazón fuera de su caja torácica, dio un paso al frente tragando saliva

Al fondo una sombra, larga, delgada, poderosa, una sombre bastante conocida, más que verlo lo sintió atravesando una pared de un momento a otro surgió mas y mas grande, Changmin atravesó el concreto, surgió del cemento con una expresión de dolor, como una mancha borrosa y grisácea, el frio se hizo más intenso, ruido de golpes las puertas se abrían y cerraban, los cristales chirriaban, el cuerpo de Kim estaba sudoroso, débil entonces la sombra lo atravesó, fue rápida y certera

Sintió un golpe en la mitad del pecho ahí donde se suponía latía su corazón, un golpe rápido después como si hubiese bebido agua congelada, su pecho se enfrió, le costaba respirar, se llevo una mano a la garganta tratando de buscar oxigeno, dejo caer la mochila con cuadernos, la sombra de Changmin se proyectaba a sus espaldas, cayó al suelo tembloroso, incapaz de hacer algo por su vida, cerró los ojos dejándose a merced del espíritu

Paso un largo tiempo cerca de diez minutos antes de que se diera cuenta de que Changmin no lo mataría, la respiración se le estaba regularizando pero aun sentía como si tuviera un cubito de hielo entre las costillas y el corazón, pensó por un momento que de esa forma se sentían los refrigeradores y sonrió, se dio la vuelta sobre sí mismo hasta que pudo observa el rostro moreno de Changmin, se miraron en silencio

Sentía la cabeza como si estuviera llena de algún gas extraño, las extremidades débiles y le costaba trabajo hablar así que se arrastro hasta una pared la sombra siempre ligera de Changmin le siguió muy de cerca, una vez sentado se decidió a hablar, frunció el seño molesto

-Planeas matarme? – el rostro moreno se contrajo en una mueca indescifrable –Respóndeme! -

Estaba comenzando a enfadarse, el chico frente suyo permanecía con la mirada ausente, se sintió idiota por pelear con un ente, si él quisiera podrá matarlo en un abrir y cerrar de ojos, sin embargo esto solo causo que su furia aumentara

-Siempre te apareces de esta forma, me medio matas y te vas! Quiero saber que buscas!!-

Una mirada curiosa, al menos era algo, bufo y vio como el vaho salía de sus labios entonces percibió la escarcha en los resquicios de los vidrios, todo eso lo hacia su extraña visita? Se pregunto si cada fantasma tenía un diferente poder y cuán grande seria el del chico que ahora se ponía la altura de su rostro, de nuevo intercambiaron miradas

-No piensas decirme nada?- estaba dándose por vencido incluso los fantasmas lo usaban para su diversión- Vale Max haz lo que quieras, solo no repitas lo de hoy o moriré un día

Se puso de pie aun tembloroso y con la piel mas pálida de lo usual de pronto se sentía tan agotado que necesitaba dormir le dio la espalda al chico moreno, sin embargo antes de dar más de tres pasos, de nuevo sintió en su muñeca ese contacto frio, aunque menor a la vez anterior y con mucha menos fuerza se dio la vuelta con una expresión de duda

-Hablar, quiero hablarte- susurro el chico con esa voz extrañamente melódica

-Hablar? Que es lo que quieres decirme?- una nueva mirada, una sonrisa pequeña apenas perceptible por parte de Max lo hizo abrir los ojos como plato

- N No lo sé- su voz se volvía más suave y estaba comenzando a desaparecer, Kim se acerco un poco mas de forma inconsciente- No puedo atravesar, te tengo que hablarte –la imagen se volvía mas etérea y el frio comenzaba a desaparecer

-Quieres decir que no puedes irte de este mundo?- comenzaba a verlo cada vez menos y la presión en la muñeca disminuía lentamente- Max quien te dijo eso?

-N N No lo controlo, yo no…- dejo de escuchar su voz un segundo y le pareció que la visión desparecía un segundo como cuando la TV no tiene buena señal

-Te ayudare, tienes que descubrir que sucede!- grito el chico pálido mientras veía como frente a sus ojos la mano de Changmin se volvía transparente, dejándole ver su propia piel

-Xiah…- un suave susurro, una sonrisa cómplice la primera sonrisa que le vio, su pecho recuperando el calor

-Es que te vas? Espera!- No tenía un motivo para pedirle tal cosa, no sabía si era por esa sonrisa traslucida, por el calor recién adquirido en su cuerpo o porque se sentía culpable por retener a Max en este mundo, tal vez solo fuera su voz pronunciando “Xiah” repetidas veces como un hermoso eco , así que tomo su mano, se aferro con fuerza a la mano larga y ahora gris clara del difunto, la tomo con fuerza sin importarle que sus propios dedos estuvieran congelándose, sin embargo Changmin se desvanecía lentamente- E Espera…

Bufo cuando en menos de un segundo se encontró solo a la mitad del pasillo, el vaho desapareció de las ventanas, su aliento era cálido pero su muñeca aun permanecía fría, sintió su pierna temblando entonces cayó en cuenta el cielo afuera era oscuro y su madre gritaba histérica en el teléfono

-Estoy bien, solo fui a la biblioteca- excusas tontas, corrió a su casa con el pecho apretujado por algún extraño motivo el hielito en su pecho parecía no desaparecer

La sensación perduro ahí, llego a casa y estuvo dentro de su cuerpo al lado de su corazón que latía como loco a cada nueva amenaza de su madre de lo que haría si volvía a llegar tan tarde, siguió ahí durante la silenciosa cena, no se derritió ni cuando su hermano le abrazo para darle las buenas noches…

Permaneció ahí desde entonces, brindándole una sensación de frescura a la que se acostumbro rápidamente 

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